Consola Nael

Estrechas como una estantería pero con la altura de una mesa, las consolas han conquistado los interiores de los hogares durante siglos. En el siglo XVII, las primeras "mesas consola" solo tenían dos patas y debían fijarse a la pared. Afortunadamente, nuestra consola ha evolucionado más allá de este diseño primitivo, ofreciendo una versatilidad inigualable tanto en su ubicación como en su uso. Las posibilidades son prácticamente infinitas. En una entrada estrecha, puede servir como un práctico estante para carteras y teléfonos móviles, complementada con un espejo o un perchero de pared. En el salón o comedor, se convierte en la base perfecta para exhibir decoraciones que reflejen cada estación del año. ¿Necesitas una solución funcional y estilosa? Úsala como minibar, tocador en el dormitorio o incluso como un delgado aparador en la cocina. Fabricada en madera maciza de mango, esta consola combina a la perfección con el estilo rústico gracias a su auténtico acabado envejecido. Un mueble con historia, personalidad y un sinfín de posibilidades decorativas.