Mesa Orlin

Los científicos lo han demostrado hace tiempo: Una mesa redonda se convierte en el centro sociable de un hogar de forma más rápida e informal que una angular. La disposición relajada de los asientos se percibe como especialmente acogedora, de modo que todo el mundo mantiene una charla distendida nada más tomar asiento. Para un brunch familiar dominical, una cena festiva con amigos, un juego divertido con los niños, etcétera. En una mesa redonda, también tienes la flexibilidad de acercar otra silla e invitar a otro comensal en caso de emergencia. Además, una mesa redonda se integra fácilmente en cualquier estilo de interior, se adapta a un estilo clásico elegante y no rehúye el mobiliario moderno, anguloso o rotundamente purista. Porque esta mesa es una personalidad madura que se impone con seguridad en todas partes. El tablero macizo con el borde finamente elaborado descansa sobre una imponente base que recuerda a las columnas antiguas. En esta mesa, el artesano tuvo que poner en juego todas sus habilidades para trabajar la fina madera de mango con tanta destreza y detalle. El resultado es una obra maestra que recuerda a las grandes mesas de las mansiones nobles que permanecían allí década tras década y veían pasar generaciones. La hermosa pátina acentúa el carácter antiguo de la mesa.